Días de trabajo extenuantes, comenzar actividades desde muy temprano y regresar a casa con la sensación de que a pesar del esfuerzo no se cuenta con suficiente tiempo para dar atención a todos los pendientes del trabajo. Es común tener que afrontar este ritmo de actividades diariamente lo cual puede afectar tu productividad como profesional de la salud.
Los agotadores horarios pueden generar en los colaboradores falta de interés y la pérdida de motivación para realizar las labores. Al disminuir la concentración por ende también la productividad.
El ser productivo no se relaciona necesariamente con la cantidad de las horas dedicadas a realizar una actividad, sino tiene mas que ver con la calidad de los resultados obtenidos de la labor realizada. Cuando los colaboradores no se encuentran motivados comienzan a surgir problemas con el desempeño que afectan al centro de trabajo ya sea un consultorio, clínica u hospital.
Partiendo de un enfoque de productividad para lograr una adecuada gestión del tiempo es indispensable analizar si el tiempo invertido en el trabajo se utiliza de manera óptima y si las actividades se llevan a cabo de una forma eficiente.
Es por esta razón en esta ocasión compartimos algunas recomendaciones para mejorar tu productividad como profesional de la salud:
Reconsiderar objetivos:
Reconsiderar objetivos y definir nuevos adecuadamente, estos deben ser realistas, accesibles y claros. Es necesario aprender a materializarlos para poder evaluar y conocer si vamos en la dirección correcta o debemos implementar cambios este aspecto es esencial para lograr mejores resultados.
Priorizar:
Es fundamental planificar las actividades en orden de importancia, estableciendo periodos de tiempo específico para llevarlas a cabo. Debemos contemplar tiempos para la planificación de nuestra rutina y sobre todo apegarnos al plan tanto como sea posible si buscamos progresar en nuestras actividades.
Evitar distracciones:
Evitar distracciones e interrupciones como lo es atender llamadas que no son urgentes, mensajes por redes sociales, conversaciones con los compañeros que no son sobre temas imprescindibles. Todo esto implica menor tiempo disponible para dedicar a actividades productivas que nos permiten obtener mejores resultados. Es complicado retomar la concentración tras una interrupción, por lo que representa un retraso y en consecuencia pérdida de tiempo.
Aprende a evitar interrupciones e imprevistos no esenciales es importante para destinar ese tiempo a las tareas realmente urgentes.
Aprender a delegar:
Muchas veces tenemos la idea de que somos imprescindibles y no forzosamente debe ser así. En ocasiones es necesario dejar en manos de alguien mas las tareas que nosotros dominamos y que por alguna razón no podemos llevar a cabo.
En este aspecto es fundamental, contar con una cultura de trabajo en equipo. Fomentar la unidad del equipo de trabajo para poder alcanzar metas de manera conjunta y lograr que cada uno contribuya, confiar en nuestros compañeros y valorar los aportes de cada colaborador.
Se deben identificar las actividades que se pueden delegar, para establecer como finalidad encontrar la forma de disminuir el tiempo dedicado a ellas.
Busca mejorar continuamente:
Evaluar resultados para detectar qué se está haciendo bien, o donde debemos realizar cambios y cómo podemos corregir los errores, mejorar y conocer el avance que se haya logrado respecto a nuestras metas frecuentemente. No podemos hacer de lado la realidad y evitar ver nuestros errores.
Sin duda autoevaluarse es una forma efectiva para mejorar y hacer más sencillo el desempeño de labores.
Esperamos que esta información sea de gran utilidad para ti, que buscas hacer cambios en aquellos hábitos que afectan tu productividad como profesional de la salud.
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